Paula Saneaux nos presenta una corriente de emociones y conflictos existenciales sobre la mujer de su tiempo. Su piel viaja a través de su obra -mimetizando y transmutando cada acto de violencia, agresión, sufrimiento, conflicto, degeneración, dolor y felicidad en una catarsis- arrastrándonos a ese torrente de sentimientos. Paula maneja muy eficientemente las técnicas que utiliza, impregnando drama y calamidad con una belleza particularmente íntima. Ella se proyecta y se involucra hasta representarse ella misma a través de cada una de sus modelos, sin quitarle personalidad o desnaturalizar cada historia en particular. Ella siente y vive sus diferentes historias como sus propias historias, y las recrea con su paleta prácticamente monocroma, donde el color (cuando existe) es un móvil que empuja al observador a cuestionar o reconstruir las ideas a través de su propia historia.
Paula ofrece un enfoque sincero sin ser moralista, donde más que juicio hay interrogantes que cada uno de nosotros deberá responder al encontrarnos con su obra hoy y a través del tiempo, porque sus temas son conflictos eternos de la humanidad.