The Line: A Body Erased
"La identidad de la línea empieza en la prehistoria. Es un movimiento que antecede todo registro, que pareciera ascender desde las raíces mismas del recuerdo, ejerciendo una paciencia oscura.
Se trata de un movimiento que es la definición misma de dirección, que nos enseña qué es el sentido, que procura mostrarnos qué significa ser un cuerpo en un lugar.
Línea: serie inagotablemente divisible de puntos, sucesión de espacios infinitesimales que no nos revela su final. Las obras de Juan Luis Landaeta la toman y la hacen estallar: es la línea llevada a sus últimas consecuencias.
Ampliada y desdibujada, rugosa y áspera, la línea voraz de estas obras se estira sobre el lienzo sin temer al contraste, sin respetar simetría ninguna.
Ya no es la línea como límite, la línea como frontera, la línea que (nos han dicho) proporciona orientación a la historia; antes bien, lo que se despliega en estas obras es una línea escrita contra el relato, una línea con encarnadura, radicalmente material, capaz de volverse mancha y balbuceo.
Línea que reniega del tiempo, que se mueve en busca de aquella antehistoria (¿antihistoria?) que la vio nacer. Línea que se traza una nueva identidad: un cuerpo dibujado desde las tachaduras que lo surcan."
Adalber Salas Hernández